Manifiesto del 11 de octubre 2010
Fátima Portorreal
Hoy es un día especial, esta noche conmemoramos las últimas horas en que hace 518 años se respiró la libertad en Abya Ayala, como hoy llamamos al continente que nos alberga. A esta misma hora, la población bajaba al río a darse su baño y se calentaba con el fuego en el bohío, rodeados de sus ancestros y los pájaros carpinteros daban paso a las lechuzas para que se adormecieran los bosques.
Un día como hoy, la gente vivía en comunidades donde la ley era palabra no escrita, la tradición oral era la regla y está conservaba la memoria de hasta diez generaciones en los areitos, los cuales eran cantados y bailados por todas la comunidad. Y el concepto del Buen Vivir sostenía la base de su sistema social y económico.
Un día como hoy, los taínos, macorijes, ciguayos, caribes y otros pueblos de la isla daban importancia significativa, a cada uno de los miembros de la sociedad. Por ello, el yukayeke o comunidad era el centro de su propio universo. A decir de los estudiosos/as en un día como hoy, en la sociedad taína insular, las relaciones del guaitaio, es decir de cooperación, solidaridad, acompañamiento y entendimiento eran la base que definían todos los estamentos de su sociedad.
Un día como hoy, podemos decir que tenían una vida austera, esforzada y distante de una visión idílica. Se manejaban con un sentido de equilibrio y de interrelación directa con la naturaleza. En su cosmovisión, la naturaleza formaba parte de su propia esencia. Esto puede percatarse en los mitos. Muchos de los cronistas relatan que los taínos creían que muchos humanos en el pasado fueron ayudados por otros animales o plantas sagradas para dar paso a la experiencia humana.
En la mayoría de las sociedades de cazadores recolectores esta visión es muy común. En la cultura originaria taína, la relación de interdependencia de la naturaleza con los seres humanos es vital. Por tal razón, la cosmovisión taína consideraba que todos los objetos animados o no animados tienen un alma dotada de vida y consciencia.
En general, asumían que todo lo que existe en el campo de la naturaleza o de lo imaginario se le debía dar un trato particular, ya de respeto o evasión, si así fuera necesario. Esta particularidad justificaba un sistema comunicacional de carácter espiritual y una apertura al diálogo entre las partes. Por tal mirada, no se podía entender el sistema colonial sostenido en la imposición o en posiciones cerradas de carácter teocrático.
La comunicación directa con todo lo existente daba paso a un sistema abierto y a una construcción relacional que beneficia al colectivo. Pero un 12 de octubre de 1492 se marcó un camino direccional hacía la crueldad de una economía mercantilista, a la violencia, las injusticias de la desigualdad, a la arbitrariedad de las invasiones, al absurdo de las guerras, la exclusión y la privatización de lo comunal.
Un 12 de octubre nos impusieron la indignación y la ruptura de la tranquilidad. Se aplicó un modelo civilizatorio que más tarde creo palabras desconocidas como colonia, criollo, mestizos, mulatos, élites, desigualdad, pobreza, institucionalidad, desarrollo, desregulación, privatización, libre comercio, exclusión, en fin se produjo una domesticación cultural y un nuevo lenguaje, sustentado en la teoría del progreso y en la adoración de un solo Dios, que desmantelaba a los supuestos salvajes e imponía por la fe, lo civilizado.
Hoy es 11 de octubre de 2010, han pasado 518 años después del encuentro. Pero hoy reconocemos que han cambiado poco las operaciones y maniobras coloniales, su secreto radica en la desmemoria. Apostaron por hacernos olvidar los valores, intereses, compromisos y personas que empujaron proceso de resistencia y de contradicciones con su modelo económico, social, cultural y político.
Un 12 de octubre se inicio el genocidio y etnocidio del Caribe Antiguo. Suprimieron la pasión, la indignación, los mitos, las acciones de todos los pueblos que llegaron a esta isla antes y después de iniciada la colonización. Ya sabemos que fueron ellos que escribieron la historia e invitaron a que se leyera una representación difusa de los/as rehenes que habían resistido. Hoy conocemos que domesticaron nuestra memoria, eliminaron el lenguaje antiguo y condicionaron el nuevo lenguaje y apostaron por la ignorancia.
Un día como hoy recuperamos a nuestros héroes Anacaona, Caonabo, Guarionex, Bohechío, Cotubanamá, Guarocuya, Humatex y encendemos los fuegos de la memoria para darle su lugar en la historia y proponerle a ustedes el modelo del Vivir Bien en el ahora.
Hoy proponemos la justicia comunal y popular, defender la naturaleza que nos rodea estableciendo interrelaciones igualitarias y apoyado en la práctica del guaitaio. Hoy proponemos construir nuestra propia historia desde las experiencias locales no occidentales y desalambrar las tierras comuneras para dar paso a una verdadera reforma agraria que asegure la Soberanía Alimentaria, las tomas de decisiones y la supresión de todas formas de discriminación racial, de clase, étnica o sexual.
Hoy estamos aquí para levantar el espíritu de los pueblos originarios, que conformaron el proyecto de hombre y mujeres que somos hoy. Hoy estoy estamos aquí para decirte que se puede y que necesitamos de ustedes para que este emprendimiento sea colectivo y podamos celebrar hoy y mañana el advenimiento de Abya Yala.